SIETE
Siete. Vio a su padre agarrándose la cabeza, y
su expresión de sorpresa. Ocho. Aunque veía nublado, distinguía el brillo de
las lágrimas de su novia. Nueve. Sentía los gritos de su hermano por sobre los
demás y quiso levantarse. “¡Out!”, dijo el árbitro, y dio fin a la pelea.
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