lunes, 17 de noviembre de 2014

SEDUCCIÓN

Se acercó a pedirme fuego y me sedujo con su mirada provocativa. Claro, ayudó su muy pronunciado escote. Y su voz sensual. Me abrazó para agradecerme y su aroma me subyugó. Su seducción fue tan avasallante que recién quince minutos después de haberse ido noté que me faltaba la billetera.

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