domingo, 29 de junio de 2014

SIN PARAR

Llevo seis horas manejando sin parar y aún me tiemblan las manos. Pero todavía no estoy lo suficientemente lejos. Creo que el miedo ni me dejó cerrar los ojos desde que salí. Temo hacerlo y ver su rostro, su bello vestido blanco acercándose, y a todos mirándome huir del altar.

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